De un tiempo a esta parte, el homeschooling o la escuela en casa se ha popularizado. Surgió en Estados Unidos a finales del siglo pasado, con la Revolución Digital, como respuesta a la disconformidad de algunas familias respecto al sistema educativo.
Se presenta como un movimiento que aboga a que los contenidos pueden impartirse en casa de una manera mas cercana, en la que los niños no se ven ahogados por las fuertes normas restrictivas y tradicionales de la escuela: estar sentados en una silla escuchando al docente.
Haciendo referencia a mi anterior post en el que subrayo que el docente no es una autoridad que se limita a ser emisor de conocimientos, si no que sus funciones transcienden más allá, tengo algunas objeciones respecto a este sistema de escuela en casa.
Bien es cierto que en estos tiempos de pandemia mundial, durante el confinamiento total muchos padres se vieron avocados a llevar la educación de sus hijos desde casa, siempre con la ayuda de recursos prestados por los docentes y su acompañamiento. Este hecho creo que también puso en valor a la profesión ya que ayudó a perder esa concepción simplista del docente y colocarlo como un profesional de la educación, formado en buscar diferentes métodos de enseñanza dado el caracter heterogéneo del alumnado, entre otras funciones.
Una vez que los padres se vieron en ese papel, creo que es una de las funcionesmas esenciales: saber cuál es la mejor manera de aprendizaje y enseñanza en la cual tu hijo va a retener mejor los conocimiento que intentas transmitirle y, sobre todo, teniendo el cuenta el desarrollo cognitivo del niño.
Otra de las razones que, en mi opinión, ponen en valor la importancia de acudir a la escuela es su función socializadora. Dentro de ella los niños tienen un punto de encuentro con niños que viven realidades diferentes a la suya y el rol del personal docente y orientador juega un papel importante en el sentido de ayuda para evitar comportamientos discriminantes y desarrollar ciertos aspectos como la inteligencia emocional y la empatia.
No por esto pretendo poner el monopolio de la educación en las escuelas y el cuerpo docente. Numerosos estudios prácticos y teóricos demuestran la importancia del acompañamiento y participación de la familia en la educación de sus hijos y demuestran el efecto positivo de acciones conjuntas entre docentes y familiares de cara a no generar confrotacion y, en estudiantes adolescentes, ayudar a los padres en ciertos aspectos como los conflictos, la posible aparicion de trastornos psicológicos o la relación de los adolescentes con las redes sociales.
Y es por esto que creo que la escuela en casa deberia presentarse como un elemento complementario, la educacion no es solo enseñar conocimientos. Los padres pueden desarrollar actividades con sus hijos que permitan dotarlos de herramientas para reconocer sus emociones y manejarlas, por ejemplo. Estas actividades deben tener su origen en las Escuelas de Padres o el A.M.P.A, donde colaboran docentes, educadores y orientadores, y trasladarlas al ámbito familiar de manera privada y después compartir de vuelta las experiencias, creando feedback entre las familias y generando una comunidad de conocmiento.
En el siguiente video, se presenta un caso de homeschooling y los argumentos presentados para llevar la educacion de sus hijos
¿Y vosotros qué opináis?
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